SÉ DILIGENTE

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” Salmos 139:23-24

Estamos convencidos que Jesucristo nos dio una nueva vida y nuestra tarea es ser mejores personas cada día. Hoy tienes presente que las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas, de manera que el cigarro, el alcohol, el enojo, el resentimiento y cosas parecidas, pueden ser parte de tu pasado. Pero la pregunta es: ¿Cómo vives hoy? ¿Cómo vas con tus responsabilidades; eres diligente?

En la Biblia se habla mucho de las consecuencias de ser una persona diligente, como también las consecuencias de ser una persona negligente.

Ahora bien, hoy vives tranquilo porque las cosas de tu pasado ya no volverán, pero cómo vas con el tema de las deudas, con el tema de las responsabilidades de tu trabajo, con el uso de tus finanzas ¿Estas siendo diligente? Cómo vas con la lealtad de tu equipo, de tus amigos incluso con la lealtad que se merece tu propia familia. Veamos la Palabra de Dios:

Proverbios 10:4 “La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece”.

Ser verdaderamente diligente nos trae consecuencias inapreciables, mientras que la falta de diligencia puede producir devastadoras consecuencias. Tanto si competimos frente a empresas, personas, circunstancias o, simplemente, frente al tiempo, la diligencia nos dará ventaja única, una ventaja que dará como resultado una mayor productividad, un mayor logro, una mayor riqueza y una mayor satisfacción. Ser diligente con nuestros actos y con nuestras palabras nos llevará a ser realmente una mejor persona.

Examina hoy tu corazón y sigue transformando tu vida. “Hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy”