NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS III
Si la Palabra nos dice que todos deben conocer nuestra alegría y bondad, pero tus moldes están en tus pensamientos y tus creencias determinan tus acciones; entonces tus pensamientos deben ser limpios y de amor, porque lo contrario hacen surgir las contiendas, malos deseos y disputas.
Es como cierto virus que se introduce en nuestros pensamientos y nos hace seguir emitiendo juicios negativos. De nada sirve que vistas a tus hijos con la mejor ropa; pero los alimentas de resentimientos, palabras necias, rabia y rencores. Hay que detener todo lo malo y sólo con Cristo tienes la capacidad de hacerlo; cambiar todo ello como nueva criatura que eres, porque sólo la paz de Dios puede limpiar ese veneno de los que siguen perjudicando tu vida. Mientras tanto debes pensar en lo verdadero, puro, noble, amable y digno de virtud. Para una mente dañada por esos virus tenemos el antivirus de La Palabra y así no pierdes tu identidad de ser lo que la gente quiere y hace de ti. No debemos acostumbrarnos a cualquier cosa mala con tal de quedar bien: ¿Por qué nos importa tanto el que nos aprueben o rechacen? ¿De dónde salió ese esquema? Incluso algunos quieren hasta llamar la atención victimándose. Debes despertar y detectar los insectos que te están contaminando y destruirlos, sino en función a ellos es que juzgarás a los demás porque tu mente está afectada; y por más que reces, leas muchos libros y vayas a conferencias motivadoras seguirás afectado por estos moldes equivocados; es por ello que nadie te puede llamar la atención y confrontar, porque en tus juicios y en tu mente no estás alineado a la Palabra y a la verdadera libertad.
Mirar hacia afuera nos hace soñar, pero mirar hacia dentro nos hace despertar. Es por ello que nuestros pensamientos deben volverse a la Palabra y con la mente de Cristo Jesús para conocer la verdad y ser realmente libres. Si tu libertad no está basada en la verdad, otros controlarán tu existencia; cuando lo legítimo es que seas pleno, original, auténtico, libre del pasado y sus patrones para recuperar tus sueños. El Reino de Dios se ha acercado cuando hay justicia, paz, gozo y amor; y si no vives para lograr ese sueño, te estás perdiendo de esa dicha de vivir con Cristo; porque el Reino de los Cielos no es para gente simple sino para los esforzados y guerreros que no se rinden, sino que renuevan sus pensamientos permanentemente y no paran de transformarse, dejando de hacerse las víctimas.
Jesucristo es la luz y el que va a Él nunca más estará en la oscuridad. La luz de Dios es la luz del amor, es la preeminencia del amor y sí es posible dejar que el amor fluya y permitas que sea tu forma de vida. La falta de seguridad es producto de no haber recibido el amor de Dios, pues el que ama supera todo miedo y rechazo y, si tú eliges vivir amando, todo tu entorno vivirá integrado por el amor y se contagiará de ese amor. Elige el camino del amor para ser una nueva persona. Sólo el amor vencerá todo temor y aflicción. No más mentes ni pensamientos afectados: ten una nueva vida con Jesucristo y con su luz…
Juan 8:12
Jesús, la luz del mundo
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.