SUBE AL MONTE
La gente que no entra en acción es porque no entendió suficientemente el mensaje que ha recibido de La Palabra, en primer lugar, porque Dios siempre ha hablado a sus ungidos y siervos en las montañas dándoles una visión.
Podremos así recordar en el Antiguo Testamento los pactos y promesas que hizo Dios en el Horeb, el Sinaí, el Monte Carmelo, etc.; y en el Nuevo Testamento cuando Jesús se retiraba de la muchedumbre para dirigirse al monte para orar. Por ello decimos que, es por ello, que cuando quieres recibir una visión de Dios debes subir al monte y esto significa, tener una vida de oración.
¿Cuál será esa montaña que debes ir actualmente para apartarte del bullicio, los problemas, escuchar a Dios gozando de Su Presencia y recibir una visión de parte Suya? Para ello se requiere que tengas coherencia y unidad entre lo que piensas, dices y haces; y tienes que ser firme en tus convicciones porque la religión no cambia al ser humano. Esta montaña cuesta escalar y requieres invertir tu tiempo porque se trata de la montaña de las dudas, quejas y falta de convicción; pero que tienes que escalarla para poder encontrarte con Dios y, puedes hacerlo desde la posición y el lugar en que te encuentres porque tienes un camino: es Jesucristo quien te dice que Él es El Camino, La Verdad y La Vida. Tu recorrido tiene como meta llegar a amar a Dios con todas tus fuerzas, con toda tu alma y con todo tu corazón.
En segundo término, debemos plantarnos la pregunta: ¿Sobre qué bases y fundamentos estamos caminando? Debemos tener claro que somos parte de la Iglesia de Jesucristo en medio de tantas religiones y confusión. Ninguna aflicción tendrá más poder que tu convicción en Jesucristo.
Hebreos 10:25
“No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”.