LA CLAVE ES CREER
Cuando hablamos de una genuina adoración cristiana no sólo nos referimos a la música y la alabanza sino al estilo de vida, porque fuimos diseñados y creados para algo más que sólo existir, conforme dice el Salmo 150: “todo lo que respire alabe al Señor”.
Muchas veces distorsionamos nuestra fe cuando vemos más a las personas antes que a Dios: recordemos a Moisés cuando se demoró en el monte y la gente estaba acostumbrada a verlo, entonces le piden a Aarón que les haga alguna imagen pues tenían la real necesidad de adorar a alguien (Éxodo 32). Del mismo modo nosotros hoy tenemos dicha necesidad y equivocadamente también nos aferramos a veces a las personas o a las cosas; pero debemos quitarnos ese “molde” de depender de los otros y declaremos hoy terminar con esa historia con y por fe, porque los hijos de Dios comenzaremos a ver a Dios como tal.
La Palabra de Dios nos dice que Dios amó al mundo y la clave es creer (Juan 3:16 “…para que todo aquel que en Él crea tenga vida eterna”). Tenemos que creer que fuimos diseñados para adorar a Dios y aunque muchas veces pensemos que Él no nos escucha porque eso nos sucede cuando estamos en falta, llegó la hora de borrar todo aquello que nos aleja de Dios y crear en nuestras vidas todo un ambiente de adoración pues todos sabemos lo que hacemos y Dios necesita usarte y hacer sus milagros con tus manos y con tu boca.