UN AMARGADO DE HOY

Cuando hablemos de perdón debemos identificar si estamos en paz y en sumo gozo que sobrepasa todo conocimiento pues, si no es así, nuestro corazón no está todavía en Cristo Jesús, dado que el Señor no puede estar en un corazón resentido y con raíces de amargura. Hemos dicho también que, si la amargura es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón, entonces no viene sola sino que arrastra resentimiento, enojo, venganza y con sentimiento de víctima porque todo el mundo nos ha dado la espalda; generando paranoias, chismes, calumnias, maquinaciones, etc.; volviendo a las personas tan cínicas que pierden su identidad caracterizándose por la aparición de ideas obsesivas y absurdas basadas en hechos falsos e infundados que se esconden en una supuesta personalidad equilibrada, sin parecer que sufriera alguna enfermedad mental sino que aparenta ser ecuánime.

Es difícil dejar la amargura, pues es como la hierba mala cuando cae al suelo y echa raíces rápido malogrando el resto de los frutos y la cosecha. Resulta ser muy contagiosa y puede traer abajo la familia, el clima laboral y hasta destruir tu entorno.

Pero ha llegado el tiempo de que seamos sanados y liberados porque vivir amargados con la influencia del resentimiento es desastroso, porque son entidades malignas y sucias que envenenan nuestra convivencia buscando a quien devorar. Un amargado de hoy es difícil de entender su comportamiento, es el energúmeno que está bajo la influencia de lo malo resultando repugnante; y nadie quiere vivir bajo esta influencia porque ¡Jesucristo apareció y vino para deshacer las obras del mal, no para hacer de Él una religión sino para que seamos libres!

Gálatas 5:1

Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.