LA BREVEDAD DE LA VIDA

La vida es pasajera, es algo que nunca se podrá recuperar, es por esa razón que decimos que la vida es valiosa y es valiosa porque es corta.

Debemos equilibrar y vivir con sabiduría. Es bueno que inviertas tu tiempo esforzándote por ser un buen trabajador, un buen padre o un excelente estudiante, pero eso no es todo. Si la vida es corta no podemos darnos el lujo de simplemente “irla pasando”. No debemos de “malgastarla”. Debemos invertir nuestra vida en las cosas que son eternas

El profeta Isaías dijo “que todo mortal es hierba, y que toda su gloria es como la flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita » (Isaías 40:6-7 NVI).

La vida humana aislada de Dios es un fenómeno pasajero, un abrir y cerrar de ojos. Llega y se va y no deja ningún beneficio. A menos que comprendamos la importancia de cada día y aprovechemos el tiempo para perfeccionar nuestra relación con Dios.

La brevedad de la vida debiera ser un reto para nosotros. Cada día es un regalo, un tesoro que nos da Dios, y en gratitud nunca dejemos de congregar que no hay otra forma de vivir plenamente. Solo de la mano de Dios.