SÉ DILIGENTE
¿Cómo aplicar el ser diligentes con Dios? Poniendo esmero en nuestra comunión con Él y hacerlo ya mismo sin reparos. No hay segunda oportunidad si mueres y no lograste hacerlo; para ello solo Jesucristo es el Camino y posponer tu relación con Dios será una negligencia. Seamos más diligentes para consolidar nuestra vocación, como obrero que no se avergüenza y apliquémoslo en el día a día de nuestra pertenencia a esta Misión, sin escudarnos en el “todo tiene su tiempo”, porque el tiempo es ahora.
¿Cómo ser diligente contigo mismo? Pues siendo activos, no caer en la pereza y cumplir con las metas que te has propuesto. Toma hoy la decisión y firmeza porque has sido puesto como servidor de Dios y no te quedes con pendientes, aplica esa diligencia con tu familia y tu entorno diario porque hoy es el tiempo para actuar. El indolente no asa lo que ha cazado (Proverbios 12:27) porque no tiene voluntad para hacer las cosas; es como las malas hierbas que ahogan la siembra (Mao) y, por lo tanto, se relaja en su trabajo, por ser negligente.
Tus buenos planes saldrán adelante con diligencia, fe y pundonor: ¡Te lo dice el Señor!
2 TIMOTEO 2:15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad.