¡HABLA BIEN!
La Palabra de Dios nos dice que debemos ser prontos para oír y tardos para hablar y para la ira . Por eso decimos que así como es bueno saber guardar silencio, también el hablar bien es un requerimiento muy importante para vivir bien, pese a que la sociedad en la que vivimos es muy compleja y el hombre suele pensar más en sí mismo que en los demás.
Un maestro les pregunta a sus alumnos cómo distinguir el día de la noche sabiendo que el día es tal porque tiene luz y la noche es carencia de ella, oscuridad. Entonces uno de ellos responde que así como se puede distinguir desde lo alto de una montaña a una gacela de un venado sin confundirse, del mismo modo se puede distinguir el día de la noche. Los otros alumnos daban respuestas similares y complicadas como la anterior, pero el maestro les dijo a todos que no acertarán hasta que sepan tocar la mano a sus próximos y no vean solo a un compañero o familiar, sino que sientan a un hermano de verdad; de ese modo sí podrán diferenciar el día de la noche, puesto que si todavía no eran capaces de ver a un hermano, es porque estaban aún en tinieblas. Esto parece solo declarativo pero debemos sentirlo y asumirlo tal cual, pues mientras no suceda el mundo y nuestra sociedad seguirá como está.
Santiago 1:19-21
Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; 20 pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere. 21 Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida.