VIVIR EN LA CÁRCEL DE LA AMARGURA. PARTE 5

Tú podrás engañar al resto menos a Dios: hoy necesitas de un alto y un paréntesis definitivo o ¿Hasta cuándo vas a dejar de vivir sin transparencia? Somos nación santa y linaje escogido para anunciar las verdades de Aquel que nos sacó de las tinieblas a la luz (1 Pedro 2:9), de modo que no juzguemos y no seremos juzgados (Lucas 6:37): el perdón es nuestro estilo de vida que nos convierte en la medida que lo incorporemos pasando de ser víctimas a hombres vigorosos, esforzados y valientes, con el poder de crear una realidad diferente. Perdonar es neutralizar los obstáculos que anulan nuestra capacidad de amar, que es nuestra única verdad y nuestra naturaleza misma. El perdón es el catalizador para llegar a vivir en amor y en paz, especialmente con aquellos que no te hacen bien. Sin el perdón todo sería letra muerta, pues pasarían muchos años y nada cambiaría. El perdón nos permite relacionarnos sin desconfianza y sin sentirnos vulnerables o superiores. Es hora de hablar de manera comprensiva con cada uno de tus semejantes, pues el perdón logrará que te pongas de acuerdo incluso con quien no estés de acuerdo. Esa es la dimensión que debemos pensar para vivir mejor: perdonando y no solo superviviendo, conformándonos y soportando. Eso nos llevará una visión diferente y valiente de nuestro destino.

Es hora de romper con los rencores adquiridos en nuestra historia y vivir con la libertad con la que hemos nacido. La paz no es un ideal, es una verdad hecha agenda y sólo en Cristo podremos vivir con la verdadera fuerza de nuestra identidad, de un verdadero sentido y propósito…

¡…la paz es guardar tu mente y tu corazón en Jesucristo de Nazaret!